Llueve. El silencio está debajo de la lluvia. Busco cada gota, la escucho atentamente. Y solo es eso la mañana. Una lluvia de patio.
Pienso en la palabra petricor, pero no es este el caso porque llueve desde hace varios días y me trae más a un texto de García Márquez que a la alegría de agradecer el agua.
“El petricor no ha podido ser sintetizado por el ser humano” leo en Internet. El ser humano todavía tiene límites: no puede crear agua, no puede sintetizar el petricor. Este tipo de información me genera una sensación extraña, mezcla de alivio y desconfianza.
No sé si será verdad pero pienso que empezar algo con lluvia trae suerte. Quizá es una verdad que surgió de muchas lluvias y una sensación de vitalidad. O del petricor. O de la calma de este domingo. La luz de la mañana tiene ese gris que parece encender todos los colores.
Texto: Caro Di Nardo
Video: Anabela Abram
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