domingo, 10 de diciembre de 2023

Regalo


Ménsulas: cuatro grandes y dos chicas. Siempre me gustaron las listas. Hago listas para todo. Es una forma de acercarme a algo. Hago listas para organizar una parte de la casa, para hacer compras, para pensar un determinado tema, para ver qué cosas hacen falta, para ver qué cosas hice. La lista de regalos de fin de año siempre la pienso pero nunca la escribo. 

Cosas que quiero para mí: un rastrillo, unas botas de goma, una tijera de podar. Recién estoy empezando con la huerta. Pero ya tengo el compost y siento que tengo todo. Los paquetes para el arbolito: un bolso, un libro, una remera, medias, un tupper, una planta. Los libros que leí y no tengo porque alguna vez los presté y no sé a quién: Flor de Lis de Marosa Di Giorgio.

Salgo del Hiper con las ménsulas chocando dentro del bolso. Al final solo compré dos pares. Me costaron $2600 pesos cada una, voy pensando mientras camino al rayo del sol hacia mi casa. Exactamente eso me salieron los rieles cuando los compré hace unos meses y me sorprende que el precio se me haya quedado en la memoria. Un recuerdo sin sentido y a la vez tengo la imagen clara del precio pegado en el hierro. O era otro y mi mente se confunde. Y pienso hace cuánto quiero poner la bendita biblioteca. Tanto que la voy moviendo de lugar, en mi imaginación, adentro de la casa y se va incorporando a sucesivas listas. Y pienso en la palabra procrastinar que viene del adverbio latín cras que significa mañana, el día siguiente.  Pero sé que no es eso lo que me pasa, porque no es aplazar el deber, es mucho más triste: aplazar el deseo. Procrastinar el deseo. Y hago otra lista: ya tengo el taladro y los tornillos y los tarugos. Y las ménsulas en el bolso. Me faltarían los estantes. Quizá los ponga en la de regalos navideños. Lista de regalos: estantes, vitel toné, botas de goma Nro 40.


*texto: Caro Di Nardo

*foto: Anabela Abram


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